martes, 23 de marzo de 2010

Sin el ruido de las botas, nunca más, y dónde ninguna vida se olvida...



El terrorismo de Estado es un régimen de dominación política sustentado en la diseminación del terror en el conjunto social. Se caracteriza por una política represiva criminal de carácter sistemático y masivo implementada por las propias estructuras estatales.
Se basa generalmente en la Desaparición forzada de Personas, La Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, firmada en 1994, lo considera como un delito de lesa humanidad imprescriptible y lo define del siguiente modo:“Se considera desaparición forzada la privación de la libertad a una o más personas, cualquiera que fuere su forma, cometida por agentes del Estado o por personas o grupos de personas que actúen con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona, con lo cual se impide el ejercicio de los recursos legales y de las garantías procesales pertinentes.”
En 1976 llegaron a existir 610 centros clandestinos de detención en Argentina, luego la cifra queda en 364 centros. En 1980 quedaban dos: la ESMA y el Campito (Campo de Mayo). En 1982 y 1983 la ESMA era el único campo que seguía siendo utilizado.
El propio general Videla argumentaba: “No, no se podía fusilar. Había que desaparecerlos. Es lo que enseñaban los manuales de la represión en Argelia, en Vietnam. Estuvimos todos de acuerdo. Pero luego se planteó: si se dan por muertos, enseguida vienen las preguntas que no se pueden responder: quién mató, dónde, cómo.”(María Seoane)
Me queda repetir lo que siempre recuerdo en estos casos:
-La industrialización repugnante del crimen para potenciar su efecto y maximalización del rinde en la empresa de la muerte y el terror en beneficio de los intereses dominantes y en detrimento de las mayorías populares.
-La difícil metabolización del hecho que implica aceptar una población anestesiada ante un horror que siempre se filtra, aún ante la más eficaz censura y su aparente desconocimiento público en el transcurso de los hechos.
- Lo difícil que resulta conjugar la preservación de la memoria de las víctimas mortales y supervivientes, junto al crimen cívico contra la república y el estado de derecho no quedándose aprisionados en el pasado y proponiendo un porvenir mejor y superador a la ciudadanía, así como una adecuada reparación histórica.
- Recordar a Pierre Truche en «La Notion de crime contre l'humanité», el crimen contra la humanidad es la negación de la condición humana a miembros de un grupo de hombres en virtud de la aplicación de una doctrina. El crimen contra la humanidad se diferencia de otros crímenes en que se comete sistemáticamente por la aplicación de una ideología que niega a un grupo de hombres el derecho de vivir sus diferencias.
Debemos el respeto a todas las víctimas, por un mundo mejor para todos y con la esperanza de no olvidar nunca este pasado para caminar hacia ese mundo mejor.
Parafraseando a William Shakespeare cuándo dice: el pasado es un prólogo, yo agrego que este triste pasado sea un prólogo a una historia mejor, creo que aún falta bastante por caminar.
Carlos Braverman.

lunes, 15 de marzo de 2010


Entregan los Premios Parlamentario 2009

El senador socialista Rubén Giustiniani y el Radical Ernesto Sanz y el diputado peronista Héctor Recalde recibirán las principales distinciones en un acto a realizarse este martes en el Senado de la Nación.


Los legisladores nacionales más destacados por su trabajo a lo largo del año 2009 recibirán este martes las distinciones que los Premios Parlamentario a la labor legislativa. Los principales homenajeados serán el senador mendocino Ernesto Sanz, titular del Comité Nacional de la UCR, y el diputado bonaerense Héctor Recalde, abogado laboralista de la CGT.

El acto organizado por la revista Semanario Parlamentario será a partir de las 18 en el Salón Manuel Belgrano del Senado, Hipólito Yrigoyen 1708, 5° piso, edificio Anexo Alfredo Palacios.

Recibirán también distinciones los senadores, Gerardo Morales, Sonia Escudero, Fabián Ríos, Liliana Negre de Alonso, Hilda González de Duhalde, Marcelo Guinle y Luis Naidenoff.

Por otra parte, habrá distinciones para la medios de difusión por la manera como cubrieron la actividad legislativa el último año. Por eso recibirán premios América 24, el diario La Nación y radio Mitre, como así también los periodistas Diego De Nicolás (mejor cobertura televisiva), Zaida Pedroso (Mejor Cobertura radial), Martín Bravo (mejor cobertura gráfica) y Rubén Juárez (medios del interior).

También recibirán premios Paula Atlante, por su labor como vocera de prensa y la agencia DYN.

Para nosotros los y las jóvenes del centro socialista, es un orgullo y un honor, que un compañero de nuestro partido le haya sido otorgado esta dicha mención, Como jóvenes que somos nos damos cuenta que, la ideología las convicciones y la coherencia, no han muerto como muchos dicen, y nos da fuerza que el compañero Rubén Giustiniani sigan manteniendo esas banderas en el senado de la nación. Esta es otra herramienta para luchar por sociedad mas justa, democrática e igualitaria y para decir de este centenario y querido partido que a pesar de todo y de todos, el futuro esta en el socialismo.

El Primer Diputado Socialista de América


Se cumple 106 años del primer diputado de América 13 de marzo de 2010 se cumple Alfredo Palacios nació en Buenos Aires en 1880 (aunque algunos autores dicen que nació en 1878, ya que no hubiera podido ser diputado nacional porque no alcanzaba la edad constitucional de 25 años cuando fue elegido por primera vez). Fue uno de los políticos con mayor influencia en la Argentina del siglo XX junto a Juan Domingo Perón e Hipólito Yrigoyen.
Hijo de padres uruguayos, se educó en la fe cristiana, que luego de algunas desilusiones abandonó. El ambiente de la época, las obras de los grandes teóricos del socialismo como Karl Marx y Friedrich Engels y su percepción de lo argentino y latinoamericano serán los basamentos de su formación y visión de la política que lo guiará toda su vida y accionar.
Recibido de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, esboza una tesís denominada "La Miseria" la cual es rechazada por los hombres de la época: la misma debió ser reemplazada por una tesís sobre quiebras de empresas. En su chapa de abogado establecía: "Dr. Alfredo Lorenzo Palacios atiende gratis a los pobres".
Su figuración en el socialismo se da por los discursos en mitines en los que intervenía y después de varias idas y venidas se afilia al Partido Socialista en el Centro de La Plata.
Se incorporó al Partido Socialista creado por Juan B. Justo en 1896. Triunfó en las elecciones para diputados nacionales del 13 de marzo de 1904, por el distrito de La Boca, reconociéndose como el primer legislador socialista de América. Fue autor de gran parte de la legislación laboral argentina y del libro El Nuevo Derecho. Inspiró la Reforma Universitaria de 1918 y fue designado por el Congreso de Estudiantes Latinoamericanos como Maestro de América.
Para las elecciones que se harían en el año 1904, un grupo de inmigrantes italianos del barrio de La Boca llegan al despacho de abogado del Dr. Palacios y le ofrecen la candidatura a Diputado Nacional por el Partido Socialista por la circunscripción 4º. La campaña fue febril, casa por casa, conventillo por conventillo: Palacios se detenía en los patios y daba sus discursos en castellano e italiano y un interpréte lo traducía al xeneise (genovés). El 13 de marzo de 1904, ante una elección en donde dominaba en el resto de la ciudad un clima de fraude de los partidos del régimen, Alfredo Palacios se alzaba con 830 votos que a viva voz no se dejaban sobornar por los políticos de la oligarquía y triunfaba.
Fundador del Nuevo Derecho, el derecho de los trabajadores, Alfredo Palacios arranca de esa oligarquía varias leyes sociales entre ellas la de sábado inglés, descanso dominical, aumentos de sueldos, que el pago de sueldos se haga en moneda y no en vales, ley de accidente laboral, ley del trabajo femenino, ley de la silla, estatuto del docente y muchas otras leyes que en distintos períodos fue presentando y logrando que se sancionen.
Su tarea, ya sea como diputado o senador siempre estuvo orientada a los trabajadores, las mujeres, los niños, los ancianos y los jóvenes. También adhirió al movimiento de la Reforma Universitaria que estalló en la ciudad de Córdoba el 15 de agosto de 1918.
Abogado, político, profesor universitario, en cualquiera de estos roles siempre defendió con la misma convicción y vehemencia los valores de la igualdad, la libertad y la solidaridad social. Su visión nacionalista del socialismo le valió muchas veces el reconocimiento de que fue él quien introduce el debate de la nacionalidad y de una visión nacional dentro de su partido. Fue quien pregonó que en las marchas el Partido Socialista marche con banderas rojas pero también con banderas argentinas.
Entre sus obras más importantes se encuentran El nuevo derecho, Esteban Echeverría: albacea del pensamiento de Mayo, La miseria, El dolor argentino y cientos de conferencias y escritos varios. Fue el primer diputado socialista que lleva al seno del congreso la temática de la mujer y el voto femenino por el que venían luchando feministas como Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson Dellepiane, Carolina Muzzili, Fenia Cherkoff y otras.
También fue candidato presidencial en el año 1958 con la fórmula Alfredo Palacios - Carlos Sánchez Viamonte. Por aquel entonces la Revolución Cubana era el ideal de muchos sectores y el socialismo argentino la vio con suma simpatía, a tal punto que el lema de la campaña presidencial era "en Cuba los barbudos, en Argentina los bigotudos...vote vote vote vótelo a bigote". Luego, cuando la Revolución Cubana se adhiere al bloque soviético, Palacios critica esta decisión porque siempre concibió incompatible la realización del socialismo sin libertad.
Su austeridad le valió una vida de grandes privaciones en sus últimos años y falleció en absoluta pobreza. Su casa, ubicada en la calle Charcas 4741 (en Buenos Aires), estuvo a punto de ser rematada varias veces y solo por la intervención de amigos pudo ser salvada. Hoy funciona allí la Fundación Alfredo Lorenzo Palacios, la que conserva algunos de sus muebles y su enorme biblioteca.

jueves, 11 de marzo de 2010

JULIETA LANTERI, LA PRIMERA MUJER QUE VOTO EN ARGENTINA Y EN SUDAMERICA



Corría el año 1873 cuando Julieta Lanteri (bautizada Julia Magdalena Angela), aún niña, llegó junto a su familia desde Italia a nuestro país, Argentina. Los Lanteri se trasladaron a vivir a La Plata, flamante capital de la Provincia. A los trece años, ingresó al Colegio Nacional, el único que la habilitaba para estudiar en la Universidad. A los dieciocho años decidió estudiar Medicina, una profesión negada a las mujeres pero pudo hacerlo por un permiso especial del entonces Decano, Dr. Leopoldo Montes de Oca. Se convirtió en la sexta médica recibida en Argentina y, junto con la primera egresada en esa casa de estudios la Dra. Cecilia Grierson, fundó la Asociación Universitaria Argentina.
Integró, en 1906 el Centro Feminista del Congreso Internacional del Libre Pensamiento que se hizo en Buenos Aires, junto a Alicia Moreau, Sara Justo y Elvira Rawson, entre otras, para reclamar por los derechos cívicos femeninos en la Argentina.
En 1911 la Municipalidad de Buenos Aires convocó a los vecinos para que actualizaran sus datos en los padrones, en vistas a las elecciones municipales de legisladores, llamó a que lo hicieran “los ciudadanos mayores, residentes en la ciudad por lo menos desde un año antes, que tuvieran un comercio o industria o ejercieran una profesión liberal y pagasen impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo”. Julieta, advirtió que nada se decía sobre el sexo por lo que se inscribió el 16 de julio de 1911, un día después que le fuera dada la carta de ciudadanía, en la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca, que era la que correspondía por su domicilio y cuando llegó el día de las elecciones, 26 de noviembre de ese año, votó en el atrio de esa iglesia. Su voto fue firmado por el Dr. Adolfo Saldías, presidente de mesa, quien se alegró “por ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”. La noticia, contada por ella, apareció en los principales diarios de la época, La Prensa y La Nación. Poco tiempo después, el Concejo Deliberante porteño sancionó una Ordenanza donde especificaba claramente que estaba prohibido el voto de las mujeres porque el empadronamiento se basaba en el registro de empadronamiento del servicio militar. Al enterarse de eso, Julieta Lanteri se presentó ante registros militares de Capital Federal, solicitando ser enrolada y acudió directamente al Ministro de Guerra y Marina.
En vísperas de los comicios nacionales de 1919 descubrió que su nombre no figuraba en los padrones y volvió a recurrir a los tribunales, pero su reclamo fue rechazado con el argumento de que debía exhibir la libreta de enrolamiento, un documento exclusivamente masculino. Decidió entonces dejar esa batalla para más adelante. Encontró que la Constitución nacional vedaba la posibilidad de votar a las mujeres pero no la de ser elegidas. Entonces, creó su propia agrupación, el Partido Nacional Feminista, en abril de 1919, y se presentó como candidata a diputada. Nuevamente sería pionera, siendo la primera mujer candidata política.

Hizo campaña en las calles, hablando en las esquinas, y también en los intervalos de las funciones del cinematógrafo. Y hasta empapeló la ciudad con sus afiches: "En el Parlamento una banca me espera, llevadme a ella", fue su slogan. Consiguió 1.730 votos, obviamente todos masculinos, entre ellos el del escritor Manuel Gálvez que "como no quería votar por los conservadores ni por los radicales" –según su propia confesión prefirió apoyar a "la intrépida doctora Lanteri".

A principios de 1920, el Senador Dr. Juan B. Justo la incluyó en su lista del Partido Socialista junto a Alicia Moreau de Justo. En 1924, año en que triunfó el Dr. Alfredo Palacios, Julieta lo siguió en cantidad de votos obtenidos. Los principios de su partido se incorporaron a partidos nacionales en San Juan y Mendoza. Bregó por derechos y mejoras laborales femeninas e infantiles y jamás dejó de reclamar en los cuarteles y hasta frente al ministro de Guerra de Yrigoyen que le permitieran hacer el servicio militar para poder así conseguir libreta de enrolamiento e incorporarse al padrón.

Fue una mujer sin lugar a dudas muy valiente y original, cabe recordar también que fue de las primeras en llevar a los tribunales a un inquilino.

Lamentablemente tuvo un “sospechoso” accidente cuando un auto dando marcha atrás en la esquina de Diagonal Norte y Suipacha la golpeó mortalmente a la edad de 59 años. Eran las 3 de la tarde del 23 de febrero de 1932, dos días más tarde fallecía la gran defensora de los derechos cívicos de la mujer argentina.