lunes, 23 de noviembre de 2009


"III Conferencia Política Nacional – Partido Socialista"
El Socialismo Suma
Mejor Democracia - Más Igualdad







La III CPN tiene por objetivo promover una discusión abierta, amplia y participativa en relación al análisis de la realidad nacional y la formulación de propuestas y políticas concretas de acción que permitan construir un país mas justo e igualitario.
La conferencia se dividirá en dos grandes bloques temáticos en torno a los cuales deberán girar las intervenciones de los participantes. Las mismas estarán necesariamente muy acotadas en el tiempo, con la finalidad de posibilitar la participación de un número importante de compañeras y compañeros.
Se seguirán recibiendo contribuciones escritas a los temas propuestos, hasta 72 horas antes de la realización de la III CPN, las que serán expuestas en la página Web del Partido.
Como cierre de cada eje temático, se realizará un coloquio con dos o tres renombrados especialistas en el tema e intelectuales próximos al partido.


Invitados especiales

Esperamos contar la presencia de numerosos especialistas, investigadores e intelectuales entre los que se destacan:

Carlos Gabetta
Daniel Muchnick
Guillermo O'Donnell
Isidoro Cheresky
Jorge Lapeña
Marcelo Cavarozzi
Roberto Gargarella
Marcos Novaro
Rubén Lo Vuolo

Programa

08.30hs.- Acreditación de los participantes.
Cuota inscripción $15 (incluye materiales y vianda almuerzo)
Cuota Solidaria $50 (incluye materiales y vianda almuerzo)

09.30hs.- Palabras de Bienvenida a los participantes. Descripción de la actividad.

10.00hs.- 1er. Bloque temático

Pobreza y Desigualdad: Redistribución de la Riqueza e Integración Social

.- Intervenciones de los compañeros y compañeras

.- Participaciones de especialistas invitados

13.00hs.- Almuerzo

14.00hs.- Reuniones Nacionales de comisiones

15.00hs.- 2do. Bloque temático

Democracia de Nuevas Bases y Calidad Institucional

.- Intervenciones de los compañeros y compañeras

.- Participaciones de especialistas invitados.

18.00hs.- Cierre de la III CPN

19.00hs.- Fin de la actividad. Partida de las delegaciones.

viernes, 20 de noviembre de 2009

“POBRES HABRÁ SIEMPRE”



Una bella y simple novela de Luis Horacio Velásquez, titulada “Pobres Habrá Siempre”, describía crudamente la explotación de los trabajadores en los frigoríficos. En ella había un mensaje claro de la necesidad de cambio y transformación social, y por ello el título mismo provocaba de antemano a la reflexión.

El Presupuesto 2010 enviado por el gobierno nacional al Congreso consolida el mismo patrón de injusticia de los últimos años, porque la mayor tajada de la torta se la seguirán llevando los que más tienen y los que más ganan. Seguirá consolidando a la vez la injusta distribución entre la Nación y las provincias, por lo que aquello de que “Dios está en todas partes pero atiende en Buenos Aires” se hace cada vez más patente y vigente.

El 75% de los recursos quedan hoy en manos de la Nación, y sólo el 25% se distribuye a las provincias a través del mecanismo de la coparticipación. En este contexto, será casi inevitable la profundización de los conflictos laborales. Los maestros, los médicos y enfermeros, los trabajadores municipales y provinciales, entre otros sectores asalariados, reclamarán –con justicia- incrementos salariales en una realidad en la que la inflación les adelgaza el bolsillo sistemáticamente. Y las provincias y municipios dirán seguramente que no tienen posibilidades de dar respuesta a esos reclamos en razón de que sus magros ingresos no lo permiten.

El gobierno nacional se resiste sin embargo a abordar el fondo del problema, que es la necesaria reforma tributaria. En el año 1975, la pobreza era de sólo el 4%, estaba vigente el progresivo impuesto a las grandes herencias que luego derogó Martínez de Hoz, y el IVA era del % 13, que Cavallo llevaría sucesivamente al 18 y luego al 21%. Hoy la pobreza supera el 30 %; el impuesto directo al consumo, que se hace sentir con más fuerza en los sectores populares, explica la mayor parte de la recaudación; y el gobierno se niega a avanzar con el impuesto a la renta financiera -una de las ganancias no gravadas- y otras reformas que pudieran revertir el carácter regresivo del sistema tributario argentino.

El Poder Ejecutivo acaba de anunciar un subsidio de $180 por hijo que alcanzaría a los trabajadores en negro y los desocupados. Toda transferencia monetaria destinada a los que menos tienen es un hecho que merece destacarse. Sin embargo, vemos que una vez más se recurre a un decreto de necesidad y urgencia en un tema donde existiría consenso suficiente para plasmar en ley y dar sustentabilidad al objetivo del combate contra la pobreza, como lo han propuesto distintos proyectos parlamentarios como el del socialismo. Y lamentablemente no se trata tampoco de un beneficio de carácter universal, por lo que quedará librado en mucho a la discrecionalidad de su aplicación en la determinación de a quién le toca y a quien no el necesario beneficio, perdiéndose la posibilidad de erradicar el clientelismo.

Por eso es necesario concretar las reformas estructurales que reviertan aquello en lo que dictaduras militares y neoliberalismo avanzaron en detrimento de los sectores populares, para que pobres no haya siempre, lo que se logrará sólo cuando el combate a la pobreza se convierta realmente en una verdadera política de estado.

domingo, 8 de noviembre de 2009

El Comite Ejecutivo Nacional (CEN)

El PS rechaza el proyecto de reforma política
Lo hizo a través de un documento redactado y rubricado esta tarde en Buenos Aires, por referentes del partido. Dicen que la iniciativa del Gobierno nacional "carece de toda razonabilidad".

Autor: · Fuente: Prensa PS

Por unanimidad el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Socialista aprobó un documento donde se rechaza el proyecto de ley de reforma política enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso, calificándolo de “proscriptivo”, y denunciando a la vez que “carece de toda razonabilidad que, a muy pocas semanas del cierre del período de sesiones ordinarias, se apure la discusión y el debate en un tema donde la propia Constitución Nacional prohíbe resolver estos temas a través de DNU y establece a través de la mayoría agravada, un piso de consenso mínimo de los bloques parlamentarios”.

El CEN del Partido Socialista, reunido esta tarde en la ciudad de Buenos Aires, resolvió rechazar el proyecto de ley en consideración en el Congreso, “entendiendo que éste avanza en el camino de consolidar una mayor injerencia del Poder Ejecutivo en aspectos sensibles de la administración y gestión de los procesos electorales”, destacando que “es claramente inconveniente en términos de transparencia y equidad electoral, a la vez que contiene normas de carácter proscriptivo para nuevas fuerzas políticas que van en un sentido de obstaculizar la posibilidad de constitución de alternativas a la vieja política”.

Los máximos dirigentes del PS entienden que “para realizar una verdadera reforma política es esencial definir los objetivos de la misma con referencia a los problemas reales del sistema político y no a los problemas de determinados actores políticos, y que la misma debe ser fruto de un consenso y diálogo entre los partidos políticos que la dote de legitimidad y sostenibilidad en el tiempo”.

En el inicio del encuentro, desarrollado en el Hotel Duomi del barrio de Congreso, participó el dirigente del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Zerolo, quien expresó que “el Partido Socialista argentino está llamado a hacer grandes cosas, y por ello, ante esta crisis que soportamos, tenemos que tener valentía, realizando nuevas apuestas por un nuevo modelo económico. Y es nuestro modelo económico, el Socialista, el que nos va a llevar a salir de la crisis, ya que es sostenible desde todo punto de vista”. Zerolo finalizó dejando “un abrazo solidario de los compañeras y compañeros españoles, no tengo dudas que la Argentina va a terminar siendo socialista”.

Estuvieron presentes Rubén Giustiniani (presidente del PS), Carlos Roberto (Secretario General), el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, los diputados nacionales Silvia Augsburger, Roy Cortina, Lisandro Viale, Mónica Fein, Miguel Barrios, Ricardo Cuccovillo, Pablo Zancada y María Elena Martín; el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz; los legisladores porteños, Verónica Gómez y Julián Dàngelo; los legisladores santafesinos Eduardo Di Pollina (presidente de la Cámara de Diputados) y Juan Carlos Zabalza (Senador); el ministro de gobierno de Santa Fe, Antonio Bonfatti; el diputado bonaerense Carlos Nivio; de Misiones, Mariano Díaz, y de La Pampa , Adrián Peppino, y representantes de todas las Federaciones Socialistas de todo el país.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Agenda Legislativa del Acys


Los partidos integrantes del Acuerdo Cívico y Social, la UCR, la CC y el PS, en la reunión de trabajo de esta tarde, martes 27 de octubre, coincidieron:

a) Respecto al Congreso Nacional, reclamar
que se respete la voluntad popular manifestada en las elecciones nacionales del pasado 28 de junio, en la conformación de las comisiones tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, impulsando las negociaciones que correspondan en el marco de los respectivos bloques parlamentarios con otras fuerzas políticas para alcanzar este objetivo.

que se constituyan todas las comisiones bicamerales en proporción a la representación de cada uno de los bloques parlamentarios, y en especial, la puesta en funcionamiento, con mayoría de la Oposición, de la Bicameral de Seguimiento y fiscalización de los organismos y actividades de inteligencia, para que se rinda efectiva cuenta de los fondos de la SIDE y de las presuntas actividades ilegales que se relacionan con el organismo de inteligencia, como a periodistas y políticos opositores.

que la representación en ambas Cámaras legislativas contemplen el número de los integrantes de los bloques a los efectos de la elección de autoridades.

b) Respecto a la Agenda legislativa, impulsar

el tratamiento del proyecto de Ingreso universal para la niñez, como tema prioritario y excluyente de la agenda política nacional, resultando indispensable que los presidentes de bloques impulsen acuerdos con otras fuerzas.
El ACyS cuenta con un proyecto unificado.

restablecer el equilibrio constitucional en el Consejo de la Magistratura.
Se constituyó un equipo técnico y parlamentario para unificar un proyecto común. Se invita a participar también a representantes de otros bloques.

promover una tarifa social en los servicios públicos, coincidiendo en un texto unificado de las iniciativas con estado parlamentario.
Se ha constituído un equipo técnico y se convoca a otras fuerzas a participar.

Además, se delineó la agenda legislativa para el 2010, que incluye los siguientes temas:

Creación de una Comisión Investigadora Parlamentaria sobre el Saqueo de los Recursos Naturales
Creación de una Comisión Investigadora Parlamentaria sobre Obras y Servicios Públicos
Política de lucha contra el narcotráfico y radarización del espacio aéreo
Políticas productivas expansivas de la actividad agroindustrial
Política nacional para centros de atención de rehabilitación de adictos
Promoción del empleo joven
Normalización del INDEC y recuperación del sistema de estadísticas públicas
Coparticipación Federal
Movilidad previsional con el 82%
Ley de Educación Superior

Las tres fuerzas que integran el ACUERDO CIVICO Y SOCIAL convinieron en instruir a los titulares de los bloques legislativos para que establezcan acuerdos con otras fuerzas políticas de la oposición para avanzar en la Agenda para el próximo periodo parlamentario.

miércoles 12 de agosto de 2009

Documento Político del Comité Ejecutivo Nacional del PS / 7-08-09

UN FUTURO PROMISORIO, UN PRESENTE CON MUCHO COMPROMISO CON LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y LA CALIDAD DEMOCRATICA


CONSTRUYENDO LA ALTERNATIVA PARA UN PAÍS CON JUSTICIA E IGUALDAD.

El socialismo continúa atravesando un momento caracterizado por un entorno político y social favorable para el crecimiento de su fuerza política.
Como lo venimos construyendo con nuestro trabajo en distintos ámbitos, y coronando con el conjunto de decisiones partidarias adoptadas por nuestra organización desde el Primer Congreso Nacional Ordinario del 25 de junio de 2005, el Partido Socialista, a través de una oposición responsable, propositiva y coherente continúa aportando a la edificación y consolidación de un frente progresista en la Argentina.

En ese camino, en las últimas elecciones nacionales continuamos trabajando en el marco de frentes electorales junto a organizaciones políticas y sociales que expresan en sus programas y propuestas alternativas de cambio respecto al proyecto oficialista y las alianzas de la derecha.
El Partido Socialista es el partido de los hombres y mujeres que a lo largo y ancho del país sueñan con una sociedad más democrática, justa y libre. Es una organización política que debe estar al servicio de los intereses ciudadanos, debe ser una organización abierta, transparente, movilizadora y cada vez más permeable a las aspiraciones ciudadanas.

Una organización para los militantes y simpatizantes y para todos los ciudadanos que creen y trabajan por un país distinto.

Y a la vez de continuar en el camino de construcción de ese gran Partido Socialista que todas y todos anhelamos, seguiremos aportando a la construcción, “de abajo hacia arriba”, de un sólido frente progresista de carácter programático en la Argentina que integre a aquellas organizaciones políticas y sociales del espacio de centro-izquierda que expresan propuestas alternativas al proyecto hegemónico del oficialismo, que nos permita desarrollar integralmente al país y profundizar la democracia en todos sus frentes.

El Partido Socialista debe tener, como objetivo fundamental, convertirse en el canal de expresión y cauce de las ideas progresistas en la República Argentina. Y en ese camino es imprescindible fomentar la articulación y el diálogo con todos los sectores políticos y sociales que comparten nuestra visión de país que nos permita confluir en un espacio programático de coincidencias progresistas.

El futuro será posible si lo imaginamos ya desde el presente. Las pasadas elecciones expresaron con contundencia una voluntad inapelable de cambio que permitiera abrir una etapa de diálogo y consensos para abordar las cuestiones que todavía están pendientes en la República Argentina. En este marco, tenemos la necesidad perentoria de ofrecer al país una alternativa.

Queda un gran espacio de trabajo, construcción y posicionamiento del socialismo con un mensaje propositivo acerca del camino que permita abordar la agenda pendiente en materia económica y social en la República Argentina: una verdadera distribución del ingreso y la mejora de la calidad democrática.

Este tiempo histórico nos deja indudablemente una gran responsabilidad hacia adelante que nos da una perspectiva muy positiva de crecimiento e inserción en todo el país, y el compromiso de continuar trabajando para mejorar la calidad de vida de los argentinos, y las instituciones democráticas.
Sabemos que pese a la rica historia que tenemos detrás y que nos enorgullece, y el gran presente que nos toca atravesar, es mucho más importante lo que tenemos por delante. Los socialistas miramos el futuro con optimismo, y tenemos razones para ello, ya que creemos en la ciudadanía y la capacidad transformadora de la democracia.

En otras palabras, nos queda un futuro promisorio y un presente de mucho compromiso.

La necesidad de definición de una nueva política.

El gobierno nacional ha tomado medidas aisladas que, en su conjunto, carecieron de efectividad para enfrentar los efectos de la profunda crisis que golpea a la República Argentina. Y esto es en gran medida fruto de las limitaciones que el mismo gobierno ha ido generando en los últimos años. Ante la reversión del ciclo económico, es el momento de aplicar una política anticíclica, expansiva, que garantice el nivel de actividad, empleo e ingreso de la población. Sin embargo, el sostenimiento de un sistema tributario regresivo y fuertemente centralizado, que se apoya centralmente en impuestos al consumo, lo limitan en dicha posibilidad.

Este sistema tributario fue profundizado a lo largo del ciclo expansivo de la economía, lo que le permitió al gobierno nacional obtener cuantiosos superávits fiscales, a costa centralmente de las finanzas provinciales y municipales que fueron deteriorándose mientras se resignaban recursos a favor de la Nación. Estos superávits no fueron derivados a los fondos anticíclicos establecidos y que prolijamente fueron suspendidos año a año en las respectivas leyes de presupuesto; sino que fueron destinados a la cancelación de deuda pública y /o alimentando fondos fiduciarios o especiales de administración más discrecional. Hoy el gobierno debe recurrir a medidas extraordinarias para hacerse de fondos fiscales (apropiación de fondos de las jubilaciones, disponibilidad de reservas del banco central, moratoria impositiva, blanqueo de capitales, etc.), cuando podía haber contado con un fondo anticíclico suficiente para efectuar política activa, sin resentir otras funciones estatales.

Por su parte, la centralización fiscal llevó a un ahogo financiero a todas las jurisdicciones provinciales y municipales del país. Esta situación lleva a que estas jurisdicciones deban recurrir a aumentos tributarios y restricciones de gastos para poder superarlas. La peor receta ante el panorama de estancamiento de la actividad que ya sufrimos. Así, mientras el Gobierno Nacional realiza algún vago y contradictorio intento de política expansiva, las provincias y municipios aumentan impuestos y restringen obra pública, afectando así la actividad económica. La falta de coordinación entre nación y provincias hace que la política fiscal en su conjunto (que es lo que en definitiva afecta a la población y a los actores productivos) sea caótica con impulsos expansivos y contractivos simultáneamente.

Por lo expuesto es necesaria la adopción de una política integral con un fuerte contenido anticíclico con medidas de emergencia pero que también avancen sobre reformas estructurales que aporten la solución a largo plazo.

Resulta en tal sentido indispensable adoptar un conjunto de medidas para la superación de la crisis y evitar que el costo de la misma sea afrontado otra vez más por los sectores más vulnerables:

  • A) Garantía del empleo y distribución del ingreso de los sectores de asalariados y de menores recursos:
    * Prohibición por un período de seis meses (prorrogables) de despidos de trabajadores en relación de dependencia;
    * Establecimiento de un programa universal de ingreso mínimo garantizado, que rompa con los mecanismos clientelares de las políticas focalizadas, y garantice un nivel de ingreso adecuado para los sectores más desprotegidos que se encuentran fuera del mercado formal de trabajo.
    * Aumento inmediato a los jubilados y pensionados, superando la situación actual en la que el 75% de los jubilados y pensionados cobra el haber mínimo.
    * Recomposición de las asignaciones de los distintos planes sociales.
    B) Sistema Financiero
    *Garantizar una línea de créditos a tasas accesibles y subsidiadas para la micro, pequeñas y medianas empresas
    * Adecuación de las exigencias del Banco Central para no impedir el acceso al financiamiento a este tipo de empresas
    * Fortalecimiento del rol social de la Banca pública a través del dictado de una norma particular para este tipo de bancos
    * Impulso al desarrollo de la Banca Cooperativa en el interior del país como mecanismo idóneo para que los excedentes de fondos se movilicen en la propia región y sean administrados por los generadores y los usuarios en forma cooperativa.
    C) Política Fiscal
    * Exención del IVA y demás impuestos internos nacionales y provinciales que gravan los productos de la canasta familiar y garantizar que dicha disminución tenga su correlato directo en la caída de los precios de estos productos de forma de mejorar el poder adquisitivo de los ingresos de la población de menores recursos
    * Gravar con el Impuesto a las Ganancias a la Renta Financiera en todas sus expresiones.
    * Formulación de un Acuerdo Fiscal por el cual las provincias recuperen su participación en la masa coparticipable en más de un 10% a la actualmente vigente, de forma tal que se puedan librar de la discrecionalidad del poder central y aplicar también políticas fiscales acordes para superar la crisis. Esta recuperación se puede lograr con el reintegro del 15% que actualmente se deriva al Anses, de la coparticipación completa del impuesto a los créditos y débitos bancarios y de la redefinición del destino actualmente vigente del impuesto a las ganancias y el impuesto al valor agregado.


Seguimos planteando asimismo la necesidad de avanzar en el mejoramiento de la calidad institucional de nuestra democracia, recuperando para ello el rol del Estado al servicio de la sociedad, un Estado democrático, representativo y participativo. Asumiendo que la única gobernabilidad posible en nuestra democracia es la que se asienta en el consenso y la participación de los ciudadanos, proponemos las siguientes políticas:


A) una reforma que permita el mejoramiento de la calidad institucional y promueva una mayor participación social:

· Establecimiento de un Consejo Económico y Social que, con la participación de todos los sectores representativos de la realidad social y los partidos políticos nacionales con representación parlamentaria, se erija como mecanismo institucionalizado de diálogo y concertación social a fin de debatir colectivamente el proyecto de país.
· Implementación de presupuestos participativos;
· Reforzamiento y profundización de la autonomía municipal;
Modificación de la ley que reglamentó la facultad de dictar Decretos de Necesidad y Urgencia, a fin de garantizar un adecuado control parlamentario de los mismos;
Eliminación de los superpoderes y demás legislación delegada, que permita jerarquizar el rol del Congreso Nacional,
Modificación de la ley del Consejo de la Magistratura, a fin de garantizar la imparcialidad e independencia del Poder Judicial.
Nuevo marco legal que garantice la independencia y autarquía del INDEC.

B) una profunda e impostergable reforma política que incluya:
· Boleta única para la elección de presidente y vice, y legisladores nacionales
· Democracia Paritaria.
· Establecimiento de un sistema de internas abiertas y simultáneas para la selección de candidatos, y derogación definitiva de los sistemas electorales distorsivos de la voluntad popular que aun subsisten en muchas provincias (ley de lemas, listas espejo, colectoras, etc).
· Nueva ley de financiamiento de los partidos políticos, que restrinja el aporte de personas jurídicas (empresas privadas) a las campañas electorales, fortaleciendo el componente de financiamiento público.


Buenos Aires, 7 de agosto de 2009

El Matrimonio LGBT en debate en el Parlamento argentino

Señoras Presidentas:

“Sintiéndose fuertemente atraídas una por la otra, dos personas comienzan a salir juntas y deciden conformar un hogar. Luego de ser reconocidas por sus amistades como pareja por más de una década deciden buscar reconocimiento y protección legal para su relación, y formalmente abrazar los derechos y responsabilidades que decidieron adoptar y ajustarse a ellos. Como muchas personas en esa situación, decidieron casarse. Solo había un impedimento. Eran dos mujeres.”

Con este simple y contundente párrafo, inicia la fundamentación de su voto la integrante de la Corte Constitucional sudafricana J. Sachs, en el caso de Marie Adrianne Fourie y Cecilia Johanna Bonthuys, quienes por medio de su demanda ante esa institución abrieron la puerta para que el Parlamento sudafricano modificara el Código Civil y permitiera, como lo exigió el máximo tribunal, el Matrimonio a parejas conformadas por personas del mismo sexo.

La Corte Constitucional simplemente ordenó adecuar las normas al principio constitucional que establece que “ Todos y todas son iguales ante la ley y tiene el derecho de igual protección y beneficios legales”.

Casualmente, el texto al que hacemos referencia fue introducido en la sanción de la Constitución sudafricana post-apartheid, debatida y aprobada en el año 1994, el mismo año en que nuestro país otorgó jerarquía constitucional a la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Declaración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Derechos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo Facultativo; (art. 75 inc. 22 C.N.).

Todos ellos sistematizan los dos aspectos que hemos tenido presente para adecuar la legislación civil a las garantías constitucionales, mediante el presente proyecto de ley:

I) El derecho de las personas a contraer matrimonio, y;

II) El derecho a no sufrir discriminación de ninguna índole en razón de la religión, raza, color, sexo, etc.

Ahora bien, sabido es que en nuestras sociedades persisten en la actualidad diversas formas de discriminación la cual se esconde en todos los rincones sociales adoptando formas complejas.

Si bien sabemos que las personas presentamos diferentes rasgos y distintos colores de piel, que emigramos de unos países a otros, que algunas personas poseen discapacidades, que transcurrimos etapas del ciclo vital con aptitudes e identidades diversas y que expresamos nuestras orientaciones sexuales de diversos modos, complejo es revertir las actitudes y situaciones que, basadas o con pretexto en esas características, realidades y expresiones, sostienen y profundizan las prácticas discriminatorias al punto en que dichas prácticas toman el carácter de sistémica.

Dentro de los colectivos o grupos sociales discriminados, uno de los que presenta una mayor vulneración es el que componen las personas de orientación sexual diferente a la heterosexual, o identidad y expresión de género no heteronormativa, es decir el colectivo de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales y transgéneros.

La falta de reconocimiento por parte del Estado de las parejas conformadas por personas del mismo sexo y sus familias, vulnera otro tipo de derechos entre los que se encuentran los referidos a la protección integral de niñas y niños, derechos patrimoniales y hereditarios, de cobertura sanitaria y patria potestad.

Es una realidad que no tiene ningún sentido continuar negando que lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales y transgéneros son un componente de toda sociedad y exigen igual reconocimiento en una sociedad democrática, libre y abierta.

Y también es una realidad innegable que las personas del mismo sexo conforman un nuevo tipo de familia en una sociedad en permanente proceso de cambio y evolución.

A esto nos estamos refiriendo cuando proponemos la modificación del Código Civil nacional, a fin de permitir el Matrimonio a las parejas conformadas entre personas del mismo sexo.

Porque no es menor el dato de que el único colectivo social que tiene impedido el derecho de contraer Matrimonio y acceder al reconocimiento y protección del Estado, es el que conforman lesbianas, gays, bisexuales, travestis y transexuales.

A nadie se le ocurriría impedir contraer Matrimonio civil a dos personas simplemente por profesar diversas religiones, pertenecer a comunidades originarias diferentes o proceder de distintos países.

Sin embargo, aquellas personas que expresan su orientación sexual de una forma diferente a la heteronormativa, tienen negado este derecho, consagrado en los Tratados y Convenciones de derechos Humanos que desde el año 1994 tienen en nuestro país rango Constitucional.

El reconocimiento y protección de esas parejas y familias en el Código Civil resulta entonces para el colectivo LGBT un cambio sustancial y positivo ya que permitir el acceso a una institución jurídica relevante en nuestra sociedad, abre la puerta a la garantía del acceso al derecho de familia, el derecho a la libre asociación y a la herencia, entre otros.

Consiguientemente, también se produce una afectación respecto del régimen jurídico de la adopción, así como en otras instituciones ajenas al Código Civil pero incardinadas igualmente en la configuración institucional de la familia: derecho a la Seguridad Social, a la protección social, a la protección de la salud y otras afectaciones, sobre las cuales podremos profundizar durante este debate.

Permitir que la legislación establezca una categorización diferenciada en la orientación sexual de las personas y otorgue a las parejas heterosexuales una protección superior resulta discriminatorio.

En la práctica las parejas heterosexuales pueden decidir entre contraer matrimonio o unirse de hecho, caso en el cual por lo general le son reconocidos similares derechos que a las parejas casadas legalmente. Sin embargo, las parejas homosexuales solo pueden convivir pero sin gozar de ningún tipo de protección legal con la consiguiente desigualdad de derechos que ello conlleva.

A lo largo de la historia, las personas homosexuales, bisexuales y transexuales han sido segregadas, apartadas, estigmatizadas, torturadas y, muchas veces, condenadas a muerte. Y en muchos países lo siguen siendo. Los principios de libertad e igualdad son los que han guiado durante todos estos años el camino hacia el reconocimiento de la plena dignidad de todos los varones y mujeres. Dignidad que conlleva, por imperativo constitucional, ser plenos y plenas en derechos y deberes.

La lucha por la igualdad formal y material no es distinta, en fundamentos y finalidad, a la que emprendieron, en su momento, realidades como la de la mujer o la de los grupos históricamente discriminados. También a ellas y a ellos se les negaban casi todos los derechos, incluida la posibilidad de contraer matrimonio en plenitud e igualdad, y, en algunos aspectos, en los hechos se los consideraba incapaces o se les negaba, incluso, el reconocimiento como personas.

Recordemos que en muchos países estuvieron prohibidos los matrimonios interraciales, con argumentos igualmente discriminatorios y antidemocráticos que los que hoy se utilizan en otros países para prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Hoy, nadie cuestiona que por razón de sexo o de raza pueda ser alguien discriminado; de lo que se trata, pues, es que tampoco lo sea por razón de su orientación sexual o por su identidad de género. Nadie debería sufrir la discriminación, que es un crimen que lesiona la humanidad y la condición de miembros de una sociedad democrática.

Vivimos en una sociedad plural y diversa donde todas y todos deben integrarse con independencia de su sexo, creencia, raza, orientación sexual, identidad de género o cualquier otra condición social o personal.

Esto ha sido claramente reconocido el pasado 10 de diciembre de 2008 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas, a instancias del gobierno francés y de las organizaciones de la Sociedad Civil, aprobó una declaración en la cual se reafirma "el principio de no discriminación, que exige que los derechos humanos se apliquen por igual a todos, independientemente de su orientación sexual o identidad de género", además de expresar su "preocupación", "alarma" y "condena", frente a los casos a la homofobia y transfobia que se están registrando en diversos países del mundo.

En la misma línea la declaración solicita a los Estados tomar "las medidas necesarias, en particular las legislativas o administrativas, para asegurar que la orientación sexual o identidad de género no puedan ser, bajo ninguna circunstancia, la base de sanciones penales, en particular ejecuciones, arrestos o detención".

Señoras Presidentas, el debate acerca de la necesidad de adecuar la legislación vigente a los principios de pleno acceso a todos los derechos, sin ningún tipo de discriminación, no es un debate aislado que se da en nuestro país.

En la actualidad, numerosos países ya han otorgado o están en proceso de otorgar derechos a las personas de orientación sexual diferente, ya sea por vía de cláusulas antidiscriminatorias o por las de la sanción de leyes concretas de uniones de pareja o matrimonio.

Dicho fenómeno se da con mayor o menor intensidad en diversas regiones del mundo. Pero en todas las latitudes se está dando.

Europa en general, Canadá y Estados Unidos han visto un desarrollo legislativo que ha ido desde la criminalización, estigmatización y condena de la homosexualidad, a través del castigo incluso con pena de muerte a quienes tuviesen relaciones con personas del mismo sexo, pasando por la intermedia des-criminalización, hasta una legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo en varios países. Y, por qué no destacarlo, la hermana República Oriental del Uruguay ha otorgado el reconocimiento y protección legal para las familias de la diversidad sexual este año, convirtiéndola en el primer país latinoamericano en avanzar en esta materia.

Así es la tendencia internacional: otorgar derechos en donde no los había.

Ya hacia 2003, Bélgica, Gales, Inglaterra y Suecia habían avanzado en cuanto a legislar sobre matrimonio y adopción de menores por parejas del mismo sexo. El primer país en hacerlo fue Holanda, en diciembre de 2000. Coherentemente con la tradición holandesa de proteger este tipo de asuntos sociales, fue la Legislatura la que tomó este paso antes incluso que la Suprema Corte de Justicia. El ejemplo de Holanda influenció fuertemente a la Legislatura de su vecino más próximo, Bélgica, que adoptó una norma similar en 2003. España, que ha tomado muy fuertemente el tema de derechos humanos desde el retorno de la democracia en 1978 (luego de la muerte del dictador Franco en 1975), fue construyendo una serie de leyes que reconocían derechos de las parejas entre personas del mismo sexo a nivel regional, y garantizó igual acceso al matrimonio legal y la adopción conjunta en todo el país en julio de 2005. Hoy también es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo en Reino Unido, Canadá y Sudáfrica, países en los cuales el Congreso debió resolver legislativamente la evidente inconstitucionalidad en que incurría la Ley de Matrimonio Civil al no garantizar la igualdad de acceso al reconocimiento y protección del Estado a todas las parejas sin ningún tipo de discriminación.

Si observamos, en síntesis, la situación que existía hace sólo siete años, ningún país del mundo garantizaba igual acceso al matrimonio para parejas formadas por personas del mismo sexo. Pero la cantidad de países que han decidido garantizarlos, así como eliminar la mayor cantidad de formas de discriminación basadas en la orientación sexual, está creciendo, lenta pero sostenidamente. Y eso se debe, en gran parte, a una más fina y correcta interpretación de las constituciones nacionales y de los Tratados Internacionales incorporados a las mismas.

¿Por qué citamos lo que ocurre en otros países? Porque otro argumento recurrente de los homofóbicos es sostener que el concepto de familia y el concepto de matrimonio es, universalmente, la unión del hombre y la mujer. Sin embargo, en buena parte del mundo, existe un concepto de familia y de matrimonio más abarcativo, que incluye las relaciones entre un hombre y un hombre o entre una mujer y una mujer, incluyendo también a las personas transexuales.

Nos dice la Corte Constitucional de Massachusets: "El matrimonio es una institución social vital: el compromiso exclusivo de dos individuos entre sí, que nutre el amor y el apoyo mutuo, y que aporta estabilidad a nuestra sociedad. Para aquellos que decidan casarse y para sus hijos, el matrimonio aporta abundantes beneficios a nivel social, financiero y legal. Por otro lado impone unas obligaciones a los mismos niveles. La cuestión que se nos plantea es si, de acuerdo con la Constitución de Massachussets, la Corte de Justicia puede denegar la protección, beneficios y obligaciones conferidos al Matrimonio Civil a dos individuos del mismo sexo que desean casarse. Nosotros concluimos que no puede. La Constitución de Massachussets afirma la dignidad y la igualdad de todos los individuos, y prohíbe la creación de ciudadanos de segunda clase (...)".

En Canadá, la Corte llegó a una conclusión similar por 9 votos a 0 que, bajo la sección 15 (1) de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, parte de la Constitución Federal de Canadá, la orientación sexual es una "causal análoga" de discriminación a las "causales enumeradas: raza, origen nacional o étnico, color, religión, sexo, edad o discapacidad mental o psíquica". La Corte también dictaminó por 5 votos contra 4 que otorgar beneficios sociales a parejas de personas de distinto sexo no casadas pero no hacerlo con parejas del mismo sexo era, prima facie, discriminación basada en la orientación sexual por parte del gobierno.

Daniel Borrillo, un prestigioso Profesor en Derecho argentino, radicado en la actualidad en Francia y Docente de Derecho Privado en la Universidad de Paris Ouest, nos aporta a este debate:

“En la controversia actual sobre el derecho al matrimonio para las parejas del mismo sexo, es usual abordar la cuestión como una ruptura con la tradición. Pero ¿de qué tradicion estamos hablando?

Desde la Revolución francesa, el matrimonio deja de ser concebido como un sacramento. Si, en el ámbito canónico, la diferencia de sexos es consubstancial a la unión pues el matrimonio conlleva la finalidad reproductiva, en el ámbito civil, en cambio, lo que resulta particularmente relevante es la voluntad de los contrayentes. No es la consumación (unión de los cuerpos) lo que cuenta sino el consentimiento (unión de las voluntades). En ese sentido el matrimonio gay se inscribe plenamente en esta tradición que se denomina “la modernidad”.

El rechazo del matrimonio homosexual muchas veces no es más que la hostilidad hacia la modernidad política, social y jurídica. El horror que produce la homoparentalidad es proporcional al temor de fundar la vida social en valores inmanentes y no en una metafísica naturalista.

Los argumentos que se utilizan contra la igualdad para las parejas homosexuales no son novedosos, se han usado contra los matrimonios interraciales, contra la libre disposición del cuerpo por las mujeres, contra el sufragio universal, contra el estado de bienestar..... Todas estas evoluciones fueron también consideradas por los conservadores como situaciones apocalípticas. Pero dejemos para los reaccionarios el miedo irracional a la modernidad...

La modernidad es siempre un proyecto inacabado, una asignatura todavía pendiente, con un gran potencial utópico. Por eso cada piedra que se trae al edificio de la modernidad constituye un aporte extraordinario que debemos celebrar. Hoy le debemos dicha contribución al movimiento gay quien reactualiza todos los combates anteriores de las minorías que enriquecieron la democracia.”

Para finalizar, Señoras Presidentas, me gustaría recordar algunas de las palabras que el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero pronunció al momento de la aprobación de una norma similar a la que estamos proponiendo en España:

"Con la aprobación de este Proyecto de Ley nuestro país da un paso más en el camino de libertad y tolerancia que inició en la Transición democrática. Nuestros hijos nos mirarían con incredulidad si les relatamos que no hace tanto tiempo sus madres tenían menos derechos que sus padres y si les contamos que las personas debían seguir unidas en matrimonio, aún por encima de su voluntad, cuando ya no eran capaces de convivir. Hoy podemos ofrecerles una hermosa lección: cada derecho conquistado, cada libertad alcanzada ha sido el fruto del esfuerzo y del sacrificio de muchas personas que hoy debemos reconocer y enorgullecernos de ello.

Hoy demostramos con esta Ley que las sociedades pueden hacerse mejores a sí mismas y que pueden ensanchar las fronteras de la tolerancia y hacer retroceder el espacio de la humillación y la infelicidad.”

Por último, aclarar que el proyecto al que estamos haciendo referencia reproduce la parte normativa y amplía la fundamentación de los anteriores proyectos que han perdido estado parlamentario (Expte. 0022-D- 2005 y Expte. 1907-D-2007) de autoría del Diputado Nacional (MC) Eduardo Di Pollina y recogen las inquietudes y reivindicaciones del movimiento LGBT argentino expresadas a través de su agrupación en la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), con la cual venimos trabajando hace tiempo, y junto a la cual hemos avanzado en los consensos necesarios para iniciar hoy este debate.

Muchas Gracias.